-No existe el plan de vida.
-¿Ehhhhhhhh? O sea ¿cómo? Otra vez… ¡y más despacio!
-El plan de vida no existe.
-¿Cómo que el plan de vida no existe? ¿Y mi plan con mis hermanos?
-No existe. Nunca hicieron planes.
-¿Quéeeeee? ¿Es pura coincidencia que estemos juntos? Entonces, ¿en dónde está eso del mejor plan que contempla la posibilidad de que se dé lo peor? Ramtha lo explicó súper bien, ¿No es verdad?
-No es fácil no tener nada “superior” de lo que anclarte, ¿verdad?
-¿No es superior?
-No, no lo es.
-¿No estamos juntos por un plan superior?
-Deja te explico: El plan de vida no existe. El plan de vida sirve a la ilusión, al alma enfrascada en deseos y/o culpas. Sí se hace la revisión del alma y en ese momento nacen nuevos deseos, pero también se experimenta la Verdad. Entonces, ahí se permanece la mayor parte del tiempo, para que perdure éste estado lo más posible y se busque su recuerdo en la encarnación.
Al encarnar se recuerdan mucho más fácilmente los deseos del alma, más que los de la Verdad, ya que aquellos están en el alma (que impregna al organismo) y éstos están en el Inmutable Único Verdadero, tan sutil que se pierde en el cuerpo.
Los acuerdos entre almas se hacen acordes con los deseos de equilibrio, luego de la revisión de la vida, pero si hubo un destello de verdad nacido entre almas, el deseo de experimentarlo de nuevo en vida y el intento por permanecer en él es lo que predomina para sus nuevos encuentros.
Pueden encontrar la verdad de nuevo en vida, siguiendo el plan de su alma ilusoria, pero una vez que experimentan de nuevo la Verdad como Luz, entonces el plan desaparece, porque ya no hay más ilusión.
-A ver: todos aquellos que buscan el conocimiento…ok, ya entendí, ejemplo perfecto, pero ¿por qué los guerreros se apegan siempre al plan de vida y se van a la luz gracias a él? ¿Por qué?
-Los guerreros no dejan nunca la ilusión, por lo que no es necesario que nunca se separen de su plan de vida. ¿Crees que el Padre hizo algún plan para ti?
- El plan de vida -me explica para que entienda bien- decidimos que es obligatorio hasta el momento en el que decidimos dejarlo, entonces es voluntario. La decisión de dejarlo nace del recuerdo de la Verdad Única. Cuando se vive en la Verdad Única, nada planeado por la ilusión sirve. Incluso dentro de la ilusión vas cambiando de planes, pero solo sucede si te has topado con la Verdad, porque es tan irreductible e innegable; tan absoluta y penetrante, que cualquier plan que hagas en lo sucesivo será para ir en su búsqueda. Y si la experimentas de intermitente, planearás lo necesario para permanecer en ella lo más posible, hasta que, sin más, ahí te encuentras y no habrás de moverte. Entonces, ya no hay mas plan del alma. Por eso nuestro “plan” es Ser, pero esto lo digo sólo por decir algo, ya que en realidad Yo Soy el que Soy.
-Si Yo soy el que soy, entonces ¿estoy cumpliendo con mi tarea como Hijo de Dios?
-El hijo de Dios no tiene tarea alguna, mas que Ser.
-Entonces, ¿por qué tienes tantos siglos en la tierra? Si ya eres el que eres, ¿que haces aquí?
-Mantengo la ilusión de mí para servir. Yo sé que estoy en mi Padre. Cristo no sólo lo sabe, sino que se integra a Él.
-¿Y cuando alguien se separa de su plan original ilusorio por intención del ego? ¿Todo se pierde: la conciencia, el alma misma?
-El ego gana su extinción. El premio máximo del ego es extinguirse con su creación. La Verdad busca ser, y Ser en el Padre es la aspiración máxima de la luz encarnada o en cualquier otro nivel de luz ilusorio.


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