lunes, 18 de mayo de 2009

Conversación con el Espíritu Santo: 18 mayo 09


-Espíritu háblame de este cambio en 2012.

-Tú conoces estos cambios.

-¿Cómo? ¿Cómo puedo reconocerlos? La verdad es que tengo mucha inquietud.

-Con la inquietud no lo puedes saber. Con la duda, con el temor no lo puedes ver. Lo puedes ver solamente teniendo el corazón abierto y no colocando juicios ni temores, ni mensajes ni etiquetas a lo que tú mismo ya conoces y sabes. Lo puedes reconocer y observar tal como Es: un momento en la ilusión, sin juicios ni temores ni inquietudes. Una transición de conciencias. Una transición del Ser que no tiene nada que ver con el dolor, con el miedo, el temor.

Como ya se les había dicho, si ves con un tipo de lentillas verás todo miedo, temor, destrucción, pero si ves realmente lo que sucede, es un Despertar, y todo está en paz y en amor continuo.


-O sea que debo quitarme las lentillas de la sorpresa, de la inquietud, del temor, ya que ninguna de ellas me sirve. Son filtros para no ver lo que debo ver de la realidad.

-Así es. No es necesario que esperes a ver nada, solamente déjate llevar por lo que el corazón te muestra: un lugar donde solamente mora la vida eterna, la salud, el bienestar, la paz, la alegría, nada más. La convicción que debes tenerle a tu hermano es que a pesar de cómo la ilusión dibuja un tipo de muerte, tú debes comprender que es ilusión y nada más; que él está bien y está cobijado y cuidado por el Padre ya. ¿Por qué pensar el dolor que habrá sentido? ¿Por qué tomar ese trago amargo de pensar y meditar sobre esos dolores que pasan y sienten al morir, si tú sabes que nada de eso es real ni realmente existe? Fue un momento, un estado, una transición y nada más. Tu hermano, tal como lo conociste, está igual, esperándote ya, despierto con el Padre.


-¿Es verdad que un planeta venga y nos haga tanto daño?

-Es parte de la ilusión que el ego quiere que imaginen. Tú sabes que si te dejas imbuir a la muerte que el ego quiere perpetrar para todos, morirás de igual manera pensando que tu muerte debe ser así y que realmente todos esos dolores te matarán. Mas, sin embargo, debes reconocer que eres Espíritu ante todo; que nada ni nadie puede atentar ante ti si tú no se lo permites. Si tú con convicción no lo permites, jamás nada ni nadie te pondrá la mano encima para que tú murieses o quedes atacado.

Esta ilusión de crear una gran catástrofe lo han creado ustedes mismos en su ilusión de cambio transicional. Supieron que debía ser así para abrirles bien los ojos, mas, sin embargo, está en cada uno la opción de reconocer esta catástrofe como el origen de abrir los ojos ó como el motivo de una gran mortandad.

-¿Podríamos cambiar una cosa así?

-No solamente pueden, sino que sería así si ustedes eligieran una manera de despertar sin tener que pasar por esto. ¿Recuerdas la crucifixión? ¿Por qué pasar por la cruz para despertar? Para darte cuenta que la muerte no existe; que la ilusión es una gran obra de teatro; que su sugestión es una membrana o una escarcha.


Estas grandes catástrofes son lo mismo que perpetrar tu propia muerte, con el ego dictándote como normal lo que significa para ti y para los que te rodean cuando crees que lo más normal es que alguien te ataque y te mate; cuando el ataque es porque tú se lo pediste o tú se lo permitiste cuando pensaste que la muerte es tu único fin y objetivo de la vida.

Me preguntas si podrían cambiar, pues te diré que ¡claro que podrían cambiarlo! Podrían elegir decir: “Ahora simplemente he despertado y reconozco que estoy con el Padre”. Sabiéndose con convicción y fe de que la ilusión es nada y que pueden verse con el Padre desde ya. Los demás pasos, los demás criterios, el camino, es una ilusión que ustedes quisieron; que ustedes pensaron que sería lo más normal pasar para lograr estar con el Padre. Y lo peor de todo esto es que no salen de la ilusión con la muerte o con la crucifixión, sino que piensan que deben recorrer más camino para seguir crucificándose, o morir tantas veces para recordar o reconocer que lo que hacen es un juego y una gran mentira; que solamente pueden elegir estar con el Padre sin pasar por todo esto.

¿Que si podrían cambiar las grandes catástrofes? Lo pueden hacer, si cada uno de ustedes desactivara los errores que tienen en el corazón creyéndose que deben pasar por tanta barbaridad y dolor para acercarse al Padre, cuando ustedes jamás han dejado el lecho del Padre y el Padre jamás los ha dejado solos.


-¿Cómo cambiar una activación de esta magnitud?


-¿Tú piensas que sería difícil desactivar este tipo de ideas?


-No.


-¡Claro que no! ¡Claro que no es difícil desactivar este tipo de creencias e ideas!, aunque el inicio de la desactivación tiene mucho que ver con reconocer que la muerte no existe; la enfermedad no existe; no existe el dolor; no existe el ataque; no existe el pecado; no existe la culpa; no existe el castigo. Porque jamás ha existido motivo alguno para que el Padre no dejara de verte, de amarte, de desear que despiertes. Y tú no has dejado de ver al Padre, de amarlo y de desear despertar.

Los milagros: recuerda que no existe ni grandes ni pequeños, porque todos —y créeme, todos— tienen el único cometido de despertarte; de que reconozcas que estas imbuido en una escarcha o membrana y nada más.

El motivo para que despiertes ahora y tengas el conocimiento divino, es que sepas muy bien adónde llevar a tu hermano, que por tu mano despertará y que por la suya despertarás. Recuerda: ante todo, el despertar de tu hermano será fluyendo de corazón, amando, vibrando el corazón y dejándote llevar por Mí, porque siempre será a través de la Unidad que todos despertarán.

No dejes que la inquietud, la sorpresa, la mentira de la ilusión sustraiga de ti el conocimiento divino del Padre y el saberte despierta, reconociendo que ya nada de la ilusión podría hacerte algún daño ni a ti ni a los que más amas ni a lo que más amas del mundo. Todo lo que tus ojos vieren, si son visión de la ilusión, será pura perspectiva del ego y la ilusión. Sin embargo, tienes la opción. Siempre tendrás la opción de mirarlo todo con los ojos del Amor, del Espíritu, de la paz, de la alegría. Y yo siempre estaré contigo recordándotelo.

Llámame cuando sientas sosiego, tristeza o cansancio de la imbuición del ego.

Mantén tu corazón inocente, libre de culpa, libre de miedo, libre de temores, que está sustraído y mantenido en las manos del Padre. ¡No se lo quites de sus manos!

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