Tu trabajo estuvo hecho: ha sido correcto en todo momento.
Has llegado aquí por la Unidad: la idea y la mente es una sola.
No era necesario que nos veas aislados, sin embargo, es verdad que debías despedir a la rebeldía y arrogancia de no querer escuchar consejos, porque no te hubiera permitido llegar hasta aquí.
Lo que pedías de llevar la Divinidad a la ilusión no es así: es llevar el Conocimiento de la Divinidad a la ilusión. Sabes ahora que la idea y la mente es una sola; no es ideas y mentes aisladas. Mientras sigas en la ilusión, es la convicción de saber que lo aislado no existe: las ideas aisladas no existen.
El que no nos veas directamente, es tu afán de habernos unido a ti. Ya somos uno contigo. Has dado el salto necesario para saberte ya en la Unidad. Ahora debes comprender que todo lo que ves en la ilusión es ya parte de tu ser, de tu Yo único.
El Padre ya está aquí contigo.
Sigue tu trabajo de unificar la mente, la idea, no solamente tuya sino de todo y de todos aquellos seres que necesiten de luz y saber, y atráelos a la Unidad.
Observa a todos en la ilusión como parte de la Unidad ya. Tal como lo viste y sentiste en aquella meditación donde tú eres Yo, tu hermano aparece directamente situado en el Yo único.
-A veces siento que me pierdo en la ilusión.
Toma la convicción del Padre que sabe y conoce que tú y yo somos uno solo y nada más.
-¿Puedo saber quién me habla?
Soy el que Soy. Te diría: Melkisedec, Rafael, Teresa de Calcuta, pero ¿importa eso?
-No.
Entonces une, unifica. Tu trabajo todo está bien: ahora comprendes que es necesario tener el corazón abierto y la intención limpia a pesar del ego, para saberte que todo el trabajo que has hecho hasta llegar aquí era el correcto y el verdadero. Tu guía, el Espíritu de Dios Santo, fue el que te ha llevado siempre y de la mano.
-No lo escucho, y no lo he escuchado hablarme para dar este paso.
¿Recuerdas que te dije que las palabras aquí no tienen sentido?Pues para el Espíritu de Dios es lo mismo: te llevó de acuerdo a tu corazón abierto y tu intención, y Él se encargó de todo, además de la reflexión para liberar al ego. Solamente fue mantener tus oídos, tu mirada y tu corazón bien abiertos.
-¿Cómo puedo enseñar esto, cuando la gente siente la comodidad de seguir con sus costumbres?
Simplemente, tal como hace tu hermano, espera su momento. Confía en él, y los pasos que dé si toma el paso serán gigantescos, tal como ya lo has visto tú mismo. Ahora es el momento para que todo y todos trasciendan, y Yo estoy ahí para llevarlos conmigo.
Por otro lado observa a tu hermano como ya salvo. Esto ya lo reconoces por experiencia de vida. Mientras decretes sanación y salvación para todos tus hermanos, sin preocuparte de sus pasos, ellos sentirán realmente el llamado; sólo será cuestión de su decisión y nada más.
Une, unifica. Es la única manera para que la idea de la separación desaparezca en tu mente, y sea la Idea y la Mente Única.
Yo soy el que Soy.


No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.