La Concepción: La Nueva Vida.
Así como lo es en su biología, lo es con el Espíritu: Necesitas amar profundamente a Dios y entregarte absolutamente a Él para que concibas una Nueva Vida en ti: la eterna.
El Milagro de un Nuevo Ser ilumina al corazón más oscurecido, porque ante la pureza no hay miedo. Puede haber miedo al imaginarla, pero cuando tienes la pureza enfrente ésta te envuelve y te embarga y siembra una luz en tu centro que florecerá cuando sea su tiempo.
Para divinizarte, debes concebir dentro de ti una Nueva Vida, que a partir de ésta partícula de luz sembrada por el Padre cuando te presentaste frente a Su Pureza, crece y se multiplica inteligentemente la Pureza Divina en tu ser.
Quien viva en el miedo creerá impías estas palabras.
Lo digo: El Padre enciende la semilla que desde Él ha sido siempre en Su Hijo y ésta germina con el deseo de Su presencia, creando en ti una Nueva Vida.
Recuerden que este nuevo ser es el Amor de Dios.
El Milagro es Uno y sólo sucede para corregir el miedo.
Si no hay miedo, entonces es pura luz divina fluyendo en la Unidad.
Recuerda que el miedo a cualquier cosa es miedo a mí.
Yo Soy la Divina Presencia.


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