Te comportas como si la máxima liberación no fuera en este instante. Es ahora mismo que tu mente es liberada de todo miedo, de toda ilusión y los segundos que experimentas de realidad son los únicos que necesitas para deshacerte de toda creencia falsa.
Tomen en cuenta que en este tiempo la mínima liberación del miedo (en cualquiera de sus manifestaciones) significa una expansión inmensa de conciencia al grado de poder perfeccionar la mente y andar como un iluminado. Pero esto es sólo bondad del ciclo de la Luz, no de la ilusión.
Pasado este tiempo, todo volverá a ralentarse y ya no será cuestión sólo de acciones, sino de vidas enteras para lograr la hendidura de Luz Divina que ahora, con mínimo esfuerzo, se abre en ustedes. Todo volverá al silencio, a la “oscuridad”, a la “caverna” del ego, y el recuerdo de Aquel que llamó a la libertad será un tenue suspiro.
Quien rechace la luz concientemente y elija al ego, se sumirá en las profundidades de la ilusión, sin recuerdo alguno de esta bendición por muchas vidas.
No es castigo.
En la ilusión el único que juega a esto del castigo es el ego y si por miedo le concedes tu trono, sin duda lo usará para someterte.
-¿Qué es la soberbia?
Soberbia es ponerte a “crear” por ti mismo exigiendo tu derecho y poder de hacerlo. Y no es así como debe ser. Si no permites que sea el Espíritu Santo el que lo haga, entonces has caído en el juego del ego que le confiere cetro y corona. ¿De Qué reino? Te pregunto yo.
-¿Cómo lo identifico? ¿Cómo identifico la soberbia en mi?
Sólo tienes que reconocer que has sido tu ego, y no el Espíritu Santo manifiesto en todo momento. La soberbia no viene de actos o influencias externas, sino de la interpretación, de aquello con que filtras la información.
Es mucho más difícil identificar la propia soberbia que la de los demás. Sin embargo no existe la una sin la otra. Si ves soberbia, la hay en ti y si la hay en ti la verás en los demás.
-¿Entonces de qué sirve el señalamiento? ¿No se supone que sea didáctico?
Lo es, sin embargo lo es sólo para uno mismo. Lo expreses o no, si crees haber visto soberbia en los demás, es solo la oportunidad para verte a ti misma llena de ello.
-Ok. Actúo creyendo que le hago un bien a alguien al decirle que es su soberbia lo que empaña todo, ¿Me estás diciendo que esto es tanto didáctico como soberbio?
Exacto, no es complicado, ¿Verdad?
-Sí, no es complicado, pero no tiene sentido. En este caso ¿Quién tiene la razón? ¿Cómo entonces no me muestro soberbia?
No se trata de mostrar o de no mostrar. Sólo se trata de Ser lo que se debe Ser. Es didáctico sólo si te sirve a ti para verte a ti misma. Es didáctico cuando es utilizado por el Espíritu Santo.
-¿Reconocerlo no será aceptar que mi palabra no tiene valor? ¿Qué no debo tener credibilidad para ayudar, para enseñar?
No si aceptas tu error, y con ello el perdón. Aceptar el error es reconocer que todo, que absolutamente todo lo que piensas y crees de ti y de los demás es pura ilusión. Porque el Ser que se Es no necesita de creencias, de perspectivas, de futuro; no necesita de conocimiento, de poder. Porque al Ser, se le concede sólo lo que le es necesario para ayudar al Ser de los demás.
El perdón es aceptar el Don de Dios de la reconciliación.
¿Puedes perdonarte a ti misma por creer que estabas ayudando, cuando la única posibilidad de ayuda que tú misma creaste era sólo para ti? ¿Puedes aceptarte tu propia e inconsciente ayuda?
-Sí, creo que sí. Pero entonces ¿De qué sirven los conceptos, de qué sirven los estudios y los conocimientos, de qué sirve hablar de ello?
-Sí, creo que sí. Pero entonces ¿De qué sirven los conceptos, de qué sirven los estudios y los conocimientos, de qué sirve hablar de ello?
De mucho, de todo. Todo esto siempre va a servir para sanar y lo hará siempre en el mismo sentido para aquel que lo dice como para aquel que lo toma. La ilusión sólo es necesaria para que se evidencie a sí misma como lo que es. Esto sólo lo puedes ver si tienes tu corazón en Dios. Así, tu visión será la del Espíritu Santo, y este utilizará las herramientas que le pongas a la mano para deshacer la ilusión.
-¿Cómo sé que mi visión de los demás es correcta?
Es muy sencillo, una visión Santa no ve sino al Amor de Dios en Todo lo que Es.

