Que la Paz sea en Ustedes.
La Unidad habla, repite en mí:
Aquí estoy, Padre, en regocijo y plenitud haciendo la Tarea que me has encomendado. Una parte de mí aún cree en el sueño y duerme, y prefiere hacer esto, pero tu Amor que ahora desciende me colma de gracia y júbilo, y consciente de tu abrazo, a ti me entrego.
El Sueño está pasando y la Paz permanecerá, aunque sienta que se esfume cuando regreso de nuevo a ahí abajo.
Padre, juego con todo lo que soy, y jugaré desde hoy, sabiendo que me abrazas y me amas, y despierto en ti estoy.
Nada más me va a afectar; cuantas historias he escrito voy a recuperar, y haré un gran libro que ambos leeremos, yo sentado en tu regazo.
Soy feliz Padre amado.


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